Tu sonrisa mueve algo en el viento.
Alguien ahí afuera,
en una calle que no pisaste
o en un recuerdo que no sabés que existe,
respira distinto cuando sonreís.
Es raro, pero pasa:
la vida se ordena un poco
cuando dejás escapar tu luz.
en una calle que no pisaste
o en un recuerdo que no sabés que existe,
respira distinto cuando sonreís.
Es raro, pero pasa:
la vida se ordena un poco
cuando dejás escapar tu luz.
Yo lo descubrí de pibe,
una tarde en que todo salía mal
y un vecino, sin hablarme,
me regaló una mueca sincera.
Fue como si me dijera:
“no aflojes, todavía hay belleza”.
Y ahí entendí
que un gesto mínimo
puede sostener a otro sin tocarlo.
una tarde en que todo salía mal
y un vecino, sin hablarme,
me regaló una mueca sincera.
Fue como si me dijera:
“no aflojes, todavía hay belleza”.
Y ahí entendí
que un gesto mínimo
puede sostener a otro sin tocarlo.
Por eso tu sonrisa,
esa que sale sin esfuerzo,
tiene ritmo de musa
y verdad de historia vivida:
abre caminos que no ves
pero otros caminan.
esa que sale sin esfuerzo,
tiene ritmo de musa
y verdad de historia vivida:
abre caminos que no ves
pero otros caminan.
Así que no la escondas,
dejala salir cuando pueda;
porque alguien ahí afuera,
en silencio,
encuentra fuerza
cada vez que tu alegría
sacude un poco el viento.
dejala salir cuando pueda;
porque alguien ahí afuera,
en silencio,
encuentra fuerza
cada vez que tu alegría
sacude un poco el viento.
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