sábado, 29 de noviembre de 2025

Pequeña oración en una taza.


Pequeña oración en una taza.

Cafecito, please,
no es una frase al azar:
es mi forma de encender el mundo
sin tener que pelear.

Lo pido suave,
porque las mañanas a veces pesan,
y un sorbo tibio
pone en orden lo que empieza.

De joven aprendí
que la vida también se bebe:
a tragos cortos,
a pausas breves,
a veces fuerte,
a veces leve.

En métrica libre te cuento:
que cada café que tomé
me devolvió un pedazo de calma,
una esquina de fe.
Que en la mesa de un bar
o en la cocina de casa,
el aroma sube
como un abrazo que no fracasa.

Cafecito, please,
pero lo que realmente pido
es un rato para mí,
un lugar donde respiro.

Porque en esa taza chiquita
guardo historias que no dije
y fuerza que todavía tengo.

Y cuando el vapor sube,
entiendo lo simple:
a veces la vida mejora
con sólo decir “lo quiero…
y lo necesito”.

Cafecito, please.





 

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