sábado, 29 de noviembre de 2025

Crónica de la Z.


Crónica de la Z.

Generación Z,
hija de luces frías y cargadores rotos,
creció escuchando que el mundo
ya venía fallado.

Pero aprendimos a andar igual,
como quien patina sobre tierra,
inventando el equilibrio
en cada golpe.

Yo también tuve días de vértigo,
cuando nada encajaba
y el futuro parecía un chiste interno.
Y aun así, ahí estábamos todos,
con los ojos rojos
y el pulso firme,
diciéndonos en voz baja:
“seguimos, aunque duela”.

Generación Z,
maestra del atajo,
del meme que explica lo que callamos,
del abrazo digital
que llega más profundo
que un abrazo viejo.

Nos dijeron frágiles,
pero no vieron que la fragilidad
es un modo secreto de resistencia.
Que uno también pelea
con los silencios
y gana.

Hoy lo sé:
somos la generación del salto,
la que improvisa destino,
la que escribe su nombre
con tipografías nuevas
para mundos que aún no existen.

Generación Z,
no perfecta,
no eterna,
pero viva
y con eso
alcanza.





 

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