Tentación X.
La vi pasar como un trueno,
mitad fuego, mitad calma,
y entendí que hay deseos
que no se piensan… se desarman.
mitad fuego, mitad calma,
y entendí que hay deseos
que no se piensan… se desarman.
Su perfume me invadía,
mezcla dulce, casi humana,
como si el tiempo se hiciera
piel, silencio y llamarada.
mezcla dulce, casi humana,
como si el tiempo se hiciera
piel, silencio y llamarada.
Yo venía de promesas,
de evitar cada mirada,
de decir “no” por costumbre,
por miedo a lo que pasa.
de evitar cada mirada,
de decir “no” por costumbre,
por miedo a lo que pasa.
Pero ella —con solo un gesto—
me cambió todas las reglas,
me hizo dudar del “correcto”
y abrazar la condena.
me cambió todas las reglas,
me hizo dudar del “correcto”
y abrazar la condena.
Porque hay tentaciones puras,
que no buscan destruir,
solo mostrarte el abismo
donde aprendés a vivir.
que no buscan destruir,
solo mostrarte el abismo
donde aprendés a vivir.
Y en su boca, sin palabras,
me encontré, me perdí,
como si el pecado fuera
la forma más libre de mí.
me encontré, me perdí,
como si el pecado fuera
la forma más libre de mí.
Hoy no sé si fue destino,
error o simple señal,
pero su tentación —esa X—
me enseñó lo esencial:
error o simple señal,
pero su tentación —esa X—
me enseñó lo esencial:
Que a veces lo prohibido
no es malo ni carnal,
sino el espejo sincero
de lo que uno quiere amar.
no es malo ni carnal,
sino el espejo sincero
de lo que uno quiere amar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias!