Nací del desorden.
Del ruido vine, del fuego,
de noches sin horizonte,
cuando todo se caía
y el alma buscaba monte.
de noches sin horizonte,
cuando todo se caía
y el alma buscaba monte.
No hubo calma ni destino,
solo viento y llamarada,
pero en medio del desastre
vi mi fuerza revelada.
solo viento y llamarada,
pero en medio del desastre
vi mi fuerza revelada.
El caos me dio sus alas,
me enseñó sin compasión,
que del quiebre nace el arte
y del miedo, la canción.
me enseñó sin compasión,
que del quiebre nace el arte
y del miedo, la canción.
Aprendí a volar herido,
a reír en la caída,
a entender que lo imperfecto
también sostiene la vida.
a reír en la caída,
a entender que lo imperfecto
también sostiene la vida.
Hoy no busco la armonía,
ni un camino sin espinas,
prefiero el vuelo inestable
que me hace sentir viva.
ni un camino sin espinas,
prefiero el vuelo inestable
que me hace sentir viva.
Porque nací del desorden,
de la rabia y la intuición,
y mis alas, hechas caos,
me elevaron… sin razón.
de la rabia y la intuición,
y mis alas, hechas caos,
me elevaron… sin razón.
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