Ese OK que no dice OK.
No sabés lo que es decir “OK”
cuando por dentro arde todo,
cuando querés gritar verdades
y solo sale ese modo.
cuando por dentro arde todo,
cuando querés gritar verdades
y solo sale ese modo.
Es corto, frío, cortante,
pero carga mil historias,
es la espada y es el muro,
es el punto en la memoria.
pero carga mil historias,
es la espada y es el muro,
es el punto en la memoria.
Aprendí —con golpes suaves—
que el silencio es un idioma,
que el “OK” de una mujer
no siempre aprueba, ni perdona.
que el silencio es un idioma,
que el “OK” de una mujer
no siempre aprueba, ni perdona.
Lo dije mil veces bajito,
para no romper el aire,
para esconder lo que quema
detrás de un tono amable.
para no romper el aire,
para esconder lo que quema
detrás de un tono amable.
Pero el que escucha sin alma
cree que todo sigue igual,
sin saber que ese “OK”
es la calma… antes del final.
cree que todo sigue igual,
sin saber que ese “OK”
es la calma… antes del final.
Porque a veces las palabras
son trincheras disimuladas,
y el “OK” no es aceptación,
es la puerta… bien cerrada.
son trincheras disimuladas,
y el “OK” no es aceptación,
es la puerta… bien cerrada.
Hoy lo digo con respeto,
desde mi voz y mis cicatrices:
cuando una mujer dice “OK”,
ya decidió lo que sigue.
desde mi voz y mis cicatrices:
cuando una mujer dice “OK”,
ya decidió lo que sigue.
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