La más bella casualidad.

No te busqué, y sin embargo llegaste,
como un verso que se escapa del aire.
Entre tantas miradas que no decían nada,
la tuya habló sin tener que hablarme.

Fue casualidad, o eso decimos,
cuando el destino finge ser descuido.
Pero en tu risa entendí el sentido
de todo lo que antes no había vivido.

Venías con tu caos y tu calma,
con cicatrices que hablaban del alma.
Y yo, tan perdido en mi propio abismo,
encontré en tu abrazo mi bautismo.

Desde entonces camino distinto,
sin mapa, pero con instinto.
Porque si algo aprendí de la vida,
es que el azar también tiene guías.

Y si el universo escribió este encuentro,
fue para recordarme cada día,
que no hay plan más perfecto que ese instante:
eres la casualidad más bonita en mi vida.

XUS