Cuando decimos OK.
No es un “sí”, ni un “está bien”,
es un punto, una barrera,
esa palabra pequeña
que guarda toda una guerra.
es un punto, una barrera,
esa palabra pequeña
que guarda toda una guerra.
“OK” suena simple, neutro,
pero quema como hoguera,
porque detrás del tono seco
hay un alma que se espera.
pero quema como hoguera,
porque detrás del tono seco
hay un alma que se espera.
Lo aprendí con los años,
con lágrimas disimuladas,
que a veces callar es fuerza
y no decir… también habla.
con lágrimas disimuladas,
que a veces callar es fuerza
y no decir… también habla.
Decimos “OK” cuando duele,
cuando el pecho se nos parte,
cuando ya no hay más espacio
para seguir dando parte.
cuando el pecho se nos parte,
cuando ya no hay más espacio
para seguir dando parte.
No buscamos que nos entiendan,
ni ganar una razón,
solo marcar la distancia
que nos cuida el corazón.
ni ganar una razón,
solo marcar la distancia
que nos cuida el corazón.
Y si el mundo no lo nota,
no hace falta explicación:
ese “OK” que parece nada
es el fin… o la revolución.
no hace falta explicación:
ese “OK” que parece nada
es el fin… o la revolución.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias!