sábado, 11 de octubre de 2025

El abrazo que no se olvida.


El abrazo que no se olvida.

Vieja, tu abrazo fue mi casa,
cuando el mundo se caía,
cuando el hambre era silencio
y el miedo no dormía.

Tus manos, mapa y destino,
me enseñaron que la vida
no se mide por los golpes,
sino por el amor que abriga.

Yo me fui buscando cielos,
vos quedaste en mi partida,
pero el hilo de tu fuerza
me siguió toda la vida.

En tus ojos vi el milagro
de sanar sin medicina,
de curar con solo un beso
y un “todo va a estar bien, vida”.

Hoy el tiempo nos distancia,
pero el alma no se olvida,
porque el abrazo de una madre
es lo más real que abriga.

Y si la vida me da palabras
que el llanto no definía,
te las tiro en esta escrita:
"Gracias, ma... por ser mi vida."


 

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