sábado, 11 de octubre de 2025

Latido mínimo.


Latido mínimo.

Un suspiro bastó,
no hizo falta gritar amor,
porque hay gestos que hablan
más fuerte que una canción.

Ella me miró sin decirlo,
yo entendí sin preguntar,
la ternura fue un refugio
que aprendí a no buscar.

Entre el caos del ruido
y la furia de los días,
descubrí que la calma
también tiene poesía.

No fue promesa ni historia,
ni flores, ni despedida,
fue el roce de dos almas
que eligieron la vida.

Hoy no mido los abrazos,
ni las frases que lastiman,
porque aprendí que el amor
vive en su latido mínimo.

Y si el mundo se derrumba,
yo me salvo todavía,
con la fuerza de un instante
y su paz escondida.


 

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