Multitud íntima.
En la multitud íntima de los días gastados,
cuando el ruido familiar se vuelve eco y frontera,
aprendí que el amor no siempre es abrazo,
a veces es distancia que nos cuida desde afuera.
cuando el ruido familiar se vuelve eco y frontera,
aprendí que el amor no siempre es abrazo,
a veces es distancia que nos cuida desde afuera.
Crecí entre voces cruzadas,
entre risas que curaban y silencios que herían,
y entendí que la vida es un collage de presencias:
algunas te llenan, otras se van cuando deben,
todas te enseñan la alquimia de ser uno mismo.
entre risas que curaban y silencios que herían,
y entendí que la vida es un collage de presencias:
algunas te llenan, otras se van cuando deben,
todas te enseñan la alquimia de ser uno mismo.
Hoy cargo historias como quien carga mapas,
no para volver atrás, sino para saber
qué caminos no tomar otra vez.
Porque cada herida tiene su brújula,
y cada recuerdo, su versión de la verdad.
no para volver atrás, sino para saber
qué caminos no tomar otra vez.
Porque cada herida tiene su brújula,
y cada recuerdo, su versión de la verdad.
En esta multitud íntima que vive en mi pecho
descubrí que también soy casa para mí,
que no todo afecto viene de afuera,
que a veces la familia que más pesa
es la que uno sigue intentando salvar por dentro.
descubrí que también soy casa para mí,
que no todo afecto viene de afuera,
que a veces la familia que más pesa
es la que uno sigue intentando salvar por dentro.
Pero sigo, entre miedos y amaneceres,
armando versos que me acomodan el alma,
saboreando el alivio de entender
que incluso en el exceso de amor
puede nacer la libertad.
armando versos que me acomodan el alma,
saboreando el alivio de entender
que incluso en el exceso de amor
puede nacer la libertad.
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