Vórtice que me nombra.
Tu sombra cae suave,
como cae una verdad que duele
pero también libera.
como cae una verdad que duele
pero también libera.
En tu gesto quieto
veo el torbellino que fui:
años en que el mundo gritaba
y yo apenas sabía escucharme.
veo el torbellino que fui:
años en que el mundo gritaba
y yo apenas sabía escucharme.
Hoy te miro
—trazo de tinta, huracán detenido—
y recuerdo aquella noche
en que entendí que la calma
no se encuentra:
se aprende.
y recuerdo aquella noche
en que entendí que la calma
no se encuentra:
se aprende.
Yo también tuve el cabello al viento,
la cabeza llena de nudos,
el pecho lleno de miedos
y un silencio que pesaba.
la cabeza llena de nudos,
el pecho lleno de miedos
y un silencio que pesaba.
Pero como vos,
incliné el rostro,
dejé que todo girara alrededor
y descubrí que a veces
la fuerza más grande
es bajar la mirada
y respirar.
incliné el rostro,
dejé que todo girara alrededor
y descubrí que a veces
la fuerza más grande
es bajar la mirada
y respirar.
Que el caos es maestro,
que del remolino nace forma,
y que aun cuando parecemos rompernos,
seguimos siendo arte.
que del remolino nace forma,
y que aun cuando parecemos rompernos,
seguimos siendo arte.
Hoy te nombro así,
vórtice que recuerda:
la belleza también vive
en lo que no se dice.
vórtice que recuerda:
la belleza también vive
en lo que no se dice.
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