Vórtice del alma.
En el remolino quieto de un día cualquiera,
donde el carbón dibuja sombras que respiran,
me descubrí girando en mi propia esfera,
como si la vida fuera un truco que no termina.
donde el carbón dibuja sombras que respiran,
me descubrí girando en mi propia esfera,
como si la vida fuera un truco que no termina.
Hay cosas que uno aprende tarde,
como que el silencio pesa más que la mentira,
que un abrazo puede ser un salvavidas,
y que hay heridas que solo el tiempo sabe descifrarte.
como que el silencio pesa más que la mentira,
que un abrazo puede ser un salvavidas,
y que hay heridas que solo el tiempo sabe descifrarte.
Me vi en ese espiral,
como un susurro atrapado en su propio eco,
queriendo salir, queriendo entrar,
peleando entre lo que fui y lo que merezco.
como un susurro atrapado en su propio eco,
queriendo salir, queriendo entrar,
peleando entre lo que fui y lo que merezco.
Y entendí que crecer es romperse sin ruido,
es rearmarse con piezas que ya no encajan,
es avanzar aunque todo esté torcido,
y seguir respirando aunque el mundo te empuje al borde de la caja.
es rearmarse con piezas que ya no encajan,
es avanzar aunque todo esté torcido,
y seguir respirando aunque el mundo te empuje al borde de la caja.
Hoy camino más despacio,
pero más seguro de mis pasos,
porque supe que el alma
también necesita un espacio
pa’ caer…
y pa’ renacer despacio.
pero más seguro de mis pasos,
porque supe que el alma
también necesita un espacio
pa’ caer…
y pa’ renacer despacio.
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