Te quiero aquí.

“Te quiero en mi vida”
suena simple,
pero lleva un eco profundo
que solo entiende
quien alguna vez sintió
que un abrazo podía
cambiarle la historia.

Porque yo también estuve ahí:
en días donde el mundo pesaba,
y una sola persona,
con su forma de estar,
me devolvió el aire.

Es así, tan claro como este verso:
hay gente que no se busca,
se encuentra.
Se cuela entre tus horas
hasta volverse hogar,
un latido extra,
una risa que ordena el caos,
una calma después del mar.

Por eso escribo libre,
como quien camina descalzo
sobre una verdad sincera:

que quererte en mi vida
no es un gesto romántico,
es una necesidad honesta.
Un “quédate”,
un “hacés bien”,
un “tu presencia me salva
de mis propias tormentas”.

Así lo digo sin adornos,
sin metáforas complicadas:

te quiero en mi vida
porque cuando estás,
la vida también me quiere
un poquito más.

XUS