El trazo que me encuentra.

En este círculo de tinta viva
hay algo que me reconoce,
como si cada mancha dijera
lo que fui antes de saberlo.

Xus aparece al centro,
pero no como un nombre fijo,
sino como un latido
que aprendió a hacerse dibujo
cuando la vida me pidió
reinventarme de nuevo.

Yo también pasé por días borrosos,
por intentos que parecían romperse,
por páginas que no querían llenarse
aunque el corazón gritara fuerte.
Y aun así,
entre manchas y errores,
descubrí que crear
era la forma más honesta
de seguir adelante.

Esta forma que gira,
libre y sin simetría,
me recuerda que no hace falta
ser perfecto para avanzar,
que a veces el arte nace justo
donde uno dejó de controlar.

Por eso lo digo en ritmo suelto,
en verso claro,
sin adornos que distraigan:

cada trazo que hago
es un paso hacia mí mismo,
y cada vuelta del color
me encuentra más cerca
de quien quiero ser.

XUS