Tardes que saben a beso.
Hay tardes que llegan
con el peso del silencio,
y otras que traen un eco suave
que parece decir tu nombre
antes de que lo pienses.
con el peso del silencio,
y otras que traen un eco suave
que parece decir tu nombre
antes de que lo pienses.
En una de esas tardes,
cuando el sol caía despacio
como si dudara del final,
aprendí que un beso
puede ser comienzo,
puede ser tregua,
puede ser hogar.
cuando el sol caía despacio
como si dudara del final,
aprendí que un beso
puede ser comienzo,
puede ser tregua,
puede ser hogar.
¿Beso de buenas tardes
o tarde de buenos besos?
Yo conocí las dos.
Una me encontró cansado,
la otra me despertó el alma.
o tarde de buenos besos?
Yo conocí las dos.
Una me encontró cansado,
la otra me despertó el alma.
Porque hay gestos que nacen simples,
casi tímidos,
y aún así te cambian el pulso,
te enderezan el día,
te acomodan el corazón
como quien endereza un cuadro
para que la pared respire.
casi tímidos,
y aún así te cambian el pulso,
te enderezan el día,
te acomodan el corazón
como quien endereza un cuadro
para que la pared respire.
Por eso lo digo con calma,
sin rima forzada,
sin miedo al sonido:
sin rima forzada,
sin miedo al sonido:
si la vida nos regala la tarde,
que sean tus buenos besos
los que la definan.
que sean tus buenos besos
los que la definan.
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