La E que se quiebra y sigue.
En la e rota del tiempo
vi mi nombre desarmado,
como un eco que se cae
pero sigue respirando.
vi mi nombre desarmado,
como un eco que se cae
pero sigue respirando.
Aprendí
—en una esquina del alma—
que a veces uno se escribe torcido,
que la vida es tinta que salpica
y aun así encuentra su ritmo.
que a veces uno se escribe torcido,
que la vida es tinta que salpica
y aun así encuentra su ritmo.
Crecí entre tachones del destino,
entre letras que no encajaban,
pero cada error me enseñó
que el trazo firme se forja en el alma.
entre letras que no encajaban,
pero cada error me enseñó
que el trazo firme se forja en el alma.
Hoy miro esta e,
desgarrada y valiente,
y entiendo que yo también fui mancha,
fui ruido, fui borrón persistente.
desgarrada y valiente,
y entiendo que yo también fui mancha,
fui ruido, fui borrón persistente.
Pero seguí.
Como un freestyle sin miedo,
como palabra que se levanta,
como letra que aunque tiemble
se planta.
Como un freestyle sin miedo,
como palabra que se levanta,
como letra que aunque tiemble
se planta.
Porque al final
—en lo simple—
mi vida también dice esto:
aunque estés roto,
seguís siendo texto.
mi vida también dice esto:
aunque estés roto,
seguís siendo texto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias!