Silueta en llamas.
Tu sombra quiebra el aire,
como un recuerdo que aprendió a bailar,
y yo, que vengo de calles rotas,
descubro en tu forma
la forma de volver a empezar.
como un recuerdo que aprendió a bailar,
y yo, que vengo de calles rotas,
descubro en tu forma
la forma de volver a empezar.
Crecí viendo a la vida
jugármela en cada esquina,
aprendiendo que el fuego quema,
pero también ilumina.
Y ahí estás,
posando en silencios que hablan,
mostrando que el deseo
no siempre es pecado,
a veces es camino.
jugármela en cada esquina,
aprendiendo que el fuego quema,
pero también ilumina.
Y ahí estás,
posando en silencios que hablan,
mostrando que el deseo
no siempre es pecado,
a veces es camino.
Tu silueta
—negra, firme, libre—
me recuerda a aquellas noches
en que la duda me vestía,
y el mundo me pedía más
de lo que yo podía dar.
Pero seguí.
Y hoy te veo
como un símbolo de todo lo que arde
sin pedir perdón.
me recuerda a aquellas noches
en que la duda me vestía,
y el mundo me pedía más
de lo que yo podía dar.
Pero seguí.
Y hoy te veo
como un símbolo de todo lo que arde
sin pedir perdón.
Porque ser “hot”
no es un cuerpo,
es una historia.
Es sobrevivir a lo que pesa
y aún así caminar en tacones
sobre el filo del día.
no es un cuerpo,
es una historia.
Es sobrevivir a lo que pesa
y aún así caminar en tacones
sobre el filo del día.
Y si me pierdo,
que sea en la curvatura exacta
de tu fuerza,
porque en tu fuego
reconozco el mío.
que sea en la curvatura exacta
de tu fuerza,
porque en tu fuego
reconozco el mío.
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