lunes, 24 de noviembre de 2025

Ritmo de la calle que no pide perdón.


Ritmo de la calle que no pide perdón.

Cumbia zorra,
grito que nace en la esquina rota,
en la vereda donde el barro
te cuenta historias que nadie anota.

Crecí escuchando parlantes viejos,
temblando el piso bajo mis pies,
aprendí que el alma baila
aunque la vida golpee otra vez.

Hay nombres que el barrio inventa,
etiquetas que vienen y van,
pero en cada paso que suena
hay verdad difícil de domar.

Cumbia zorra, ritmo sincero,
como la piba que ríe sin miedo,
como el pibe que sueña despierto
y escribe la noche en mensajes chuecos.

Yo vengo de calles que hablan,
de lunas que piden canción,
y aunque muchos no entiendan nada,
cada golpe de bombo es mi razón.

Es simple:
en el ruido encontré mi calma,
en la música me hice fuerte,
y en la cumbia que todos juzgaban
descubrí la forma de no perderme.





 

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