Remedios que laten.
Mis amigas,
esas brújulas humanas
que nunca fallan,
me sostuvieron cuando la vida
se puso en modo invierno
y mi pecho pidió auxilio.
esas brújulas humanas
que nunca fallan,
me sostuvieron cuando la vida
se puso en modo invierno
y mi pecho pidió auxilio.
Aprendí con ellas
que no todo dolor se explica,
pero sí se comparte;
que un mate, una mirada
o una carcajada mal hecha
pueden remendar huecos
que ni yo sabía nombrar.
que no todo dolor se explica,
pero sí se comparte;
que un mate, una mirada
o una carcajada mal hecha
pueden remendar huecos
que ni yo sabía nombrar.
En ritmos libres,
como un freestyle del corazón,
cuento lo que viví:
una noche pensé que estaba solo,
pero el teléfono vibró
y ahí estaban,
con su amor sencillo,
su caos hermoso,
su verdad sin maquillaje.
como un freestyle del corazón,
cuento lo que viví:
una noche pensé que estaba solo,
pero el teléfono vibró
y ahí estaban,
con su amor sencillo,
su caos hermoso,
su verdad sin maquillaje.
Hoy lo digo claro:
mis amigas son remedio,
son pausa,
son el abrazo que devuelve el aire.
Y si mi corazón late firme,
es porque ellas
siguen curándolo
sin pedir nada a cambio.
mis amigas son remedio,
son pausa,
son el abrazo que devuelve el aire.
Y si mi corazón late firme,
es porque ellas
siguen curándolo
sin pedir nada a cambio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias!