El remedio que camina conmigo.
Mis amigas,
esas que llegan sin anunciar tormentas,
me enseñaron que el corazón
no siempre se cura con silencio,
sino con risas que quiebran la tristeza
como un rayo parte la noche.
esas que llegan sin anunciar tormentas,
me enseñaron que el corazón
no siempre se cura con silencio,
sino con risas que quiebran la tristeza
como un rayo parte la noche.
Yo también tuve días
en los que la vida pesaba más
que mi sombra;
ahí estaban ellas,
con palabras torcidas,
con abrazos improvisados,
con esa magia absurda
que tiene lo simple
cuando salva.
en los que la vida pesaba más
que mi sombra;
ahí estaban ellas,
con palabras torcidas,
con abrazos improvisados,
con esa magia absurda
que tiene lo simple
cuando salva.
En esta métrica libre,
en este mundo del alma,
lo digo sin vueltas:
cada vez que me rompí,
ellas fueron costura,
fueron puente,
fueron el remedio
que no sabía que necesitaba.
en este mundo del alma,
lo digo sin vueltas:
cada vez que me rompí,
ellas fueron costura,
fueron puente,
fueron el remedio
que no sabía que necesitaba.
Porque hay amores invisibles
que no se buscan,
pero te encuentran.
Y mis amigas…
mis amigas son eso:
una cura que camina,
ríe, y me recuerda
que el mundo es menos cruel
cuando no lo enfrento solo.
que no se buscan,
pero te encuentran.
Y mis amigas…
mis amigas son eso:
una cura que camina,
ríe, y me recuerda
que el mundo es menos cruel
cuando no lo enfrento solo.
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