Lectura con sabor a beso.
Si leés esto,
ya te metiste en mi juego tranquilo,
un truco chiquito
que aprendí cuando el amor
me daba miedo
pero igual quería sentirlo.
ya te metiste en mi juego tranquilo,
un truco chiquito
que aprendí cuando el amor
me daba miedo
pero igual quería sentirlo.
Es que una vez,
entre hojas viejas de un libro,
alguien me escribió algo simple,
algo mínimo,
algo así como un guiño
escondido entre líneas.
Y sin darme cuenta
sonreí.
Y sin darme cuenta
quise más de la vida.
entre hojas viejas de un libro,
alguien me escribió algo simple,
algo mínimo,
algo así como un guiño
escondido entre líneas.
Y sin darme cuenta
sonreí.
Y sin darme cuenta
quise más de la vida.
Por eso hoy te dejo este verso,
con métrica suelta
y rima que respira,
con ese estilo de esquina
que improvisa el destino
cuando el corazón se anima.
con métrica suelta
y rima que respira,
con ese estilo de esquina
que improvisa el destino
cuando el corazón se anima.
No es deuda,
no es drama,
no es prisa.
Es apenas un gesto,
un beso en pausa,
un “si llegaste hasta acá,
quédate un ratito más”.
no es drama,
no es prisa.
Es apenas un gesto,
un beso en pausa,
un “si llegaste hasta acá,
quédate un ratito más”.
Porque a veces la ternura
no necesita permiso,
ni gritos,
ni historia larga:
solo un texto breve
que, sin querer,
te acerca un poquito
a mi alma.
no necesita permiso,
ni gritos,
ni historia larga:
solo un texto breve
que, sin querer,
te acerca un poquito
a mi alma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias!