Hermosa, como el renacer.

A veces la vida pesa,
como una sombra en la vereda,
y una duda traviesa
se esconde donde nadie la queda.

Yo también caminé lento,
con un miedo que no avisa,
y aprendí que el sufrimiento
de a poco también cicatriza.

Por eso hoy digo “soy hermosa”,
sin corona y sin testigo,
en voz tranquila y orgullosa,
como quien vuelve consigo.

Porque un día me perdí,
y en el reflejo no estaba;
pero al buscar dentro de mí
vi la luz que me llamaba.

Y entendí que la hermosura
no es espejo ni apariencia,
sino la tierna estructura
que sostiene tu existencia.

Así lo digo, sin pausa,
como mantra que reposa:
soy camino, soy causa,
soy fuerte…
y soy hermosa.

XUS