viernes, 14 de noviembre de 2025

Cuando canto, vuelvo a ser yo.


Cuando canto, vuelvo a ser yo.

Hay días en que la vida pesa,
y aun así… canto.
Porque descubrí 
—a destiempo, quizá—
que la voz también es un refugio,
una puerta secreta
hacia ese yo que a veces pierdo.

Mi vida es mejor cantando,
sí, lo confieso sin pudor,
se arma solo,
como un verso que decide respirar.

Aprendí a cantar en medio del ruido,
cuando el mundo parecía un laberinto
y yo buscaba una salida
que no aparecía.
Cantar
es recordar quiénes fuimos
y quiénes podríamos ser,
y yo lo sentí así:
un acto de memoria,
un acto de fe.

Porque cuando la vida se rompe,
la voz sana.
Cuando la tristeza aprieta,
la melodía afloja.
Cuando todo falla,
el ritmo vuelve a alzarme.

Canto para encontrarme,
para no perderme,
para decirle al mundo
que sigo aquí,
más vivo,
más fuerte,
más yo.

Y aunque mi historia sea simple,
y mis notas no siempre sean altas,
en cada canción
me regalo una verdad:
mi vida es mejor cantando,
porque cantar, al final,
es otra forma
de aprender a vivir.


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias!

Entradas populares

Destacados

Canto del alba.

Contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *