Cuando canto, vuelvo a ser yo.
Hay días en que la vida pesa,
y aun así… canto.
Porque descubrí
y aun así… canto.
Porque descubrí
—a destiempo, quizá—
que la voz también es un refugio,
una puerta secreta
hacia ese yo que a veces pierdo.
que la voz también es un refugio,
una puerta secreta
hacia ese yo que a veces pierdo.
Mi vida es mejor cantando,
sí, lo confieso sin pudor,
se arma solo,
como un verso que decide respirar.
sí, lo confieso sin pudor,
se arma solo,
como un verso que decide respirar.
Aprendí a cantar en medio del ruido,
cuando el mundo parecía un laberinto
y yo buscaba una salida
que no aparecía.
Cantar
es recordar quiénes fuimos
y quiénes podríamos ser,
y yo lo sentí así:
un acto de memoria,
un acto de fe.
cuando el mundo parecía un laberinto
y yo buscaba una salida
que no aparecía.
Cantar
es recordar quiénes fuimos
y quiénes podríamos ser,
y yo lo sentí así:
un acto de memoria,
un acto de fe.
Porque cuando la vida se rompe,
la voz sana.
Cuando la tristeza aprieta,
la melodía afloja.
Cuando todo falla,
el ritmo vuelve a alzarme.
la voz sana.
Cuando la tristeza aprieta,
la melodía afloja.
Cuando todo falla,
el ritmo vuelve a alzarme.
Canto para encontrarme,
para no perderme,
para decirle al mundo
que sigo aquí,
más vivo,
más fuerte,
más yo.
para no perderme,
para decirle al mundo
que sigo aquí,
más vivo,
más fuerte,
más yo.
Y aunque mi historia sea simple,
y mis notas no siempre sean altas,
en cada canción
me regalo una verdad:
mi vida es mejor cantando,
porque cantar, al final,
es otra forma
de aprender a vivir.
y mis notas no siempre sean altas,
en cada canción
me regalo una verdad:
mi vida es mejor cantando,
porque cantar, al final,
es otra forma
de aprender a vivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias!