Corazón remendado a amistad.
Amigo, sos la cura de mi corazón,
lo entendí una tarde cualquiera,
cuando la vida me habló en golpe bajo
y vos respondiste en golpe sincero.
lo entendí una tarde cualquiera,
cuando la vida me habló en golpe bajo
y vos respondiste en golpe sincero.
No hizo falta que dijeras mucho:
tu presencia fue el idioma,
tu risa la medicina,
tu abrazo el recordatorio
de que nadie se salva solo.
tu presencia fue el idioma,
tu risa la medicina,
tu abrazo el recordatorio
de que nadie se salva solo.
Crecimos entre errores,
entre tragos,
entre historias que duelen
pero enseñan.
Y en cada caída,
vos fuiste mano firme,
verdad urgente,
sombra fresca en pleno enero.
entre tragos,
entre historias que duelen
pero enseñan.
Y en cada caída,
vos fuiste mano firme,
verdad urgente,
sombra fresca en pleno enero.
Hoy lo digo sin vueltas,
con métrica de barrio
y el corazón en palabras:
hay amigos que no se buscan,
se encuentran,
se quedan,
y te reparan sin pedir nada.
con métrica de barrio
y el corazón en palabras:
hay amigos que no se buscan,
se encuentran,
se quedan,
y te reparan sin pedir nada.
Por eso escribo este verso simple,
pero lleno:
amigo, sos la cura de mi corazón,
el parche que no tapa,
sino que sana,
y el motivo por el que sigo
más fuerte que antes.
pero lleno:
amigo, sos la cura de mi corazón,
el parche que no tapa,
sino que sana,
y el motivo por el que sigo
más fuerte que antes.
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