Corazón en la punta de los dedos.
En este gesto pequeño,
mínimo,
casi un susurro,
late un mundo entero.
mínimo,
casi un susurro,
late un mundo entero.
Un dedo cruzado,
un corazón que salta,
como diciendo “estoy acá”,
sin gritar,
sin pedir nada,
solo ofreciendo.
un corazón que salta,
como diciendo “estoy acá”,
sin gritar,
sin pedir nada,
solo ofreciendo.
Aprendí ese idioma
en un momento gris,
cuando la vida pesaba
y nadie sabía cómo acercarse.
Entonces alguien
extendió la mano así,
simple, tímida,
y entendí que el amor
también puede ser pequeño
y aun así
iluminarlo todo.
en un momento gris,
cuando la vida pesaba
y nadie sabía cómo acercarse.
Entonces alguien
extendió la mano así,
simple, tímida,
y entendí que el amor
también puede ser pequeño
y aun así
iluminarlo todo.
Por eso este verso respira suave,
como una rima que abraza,
tranquilo
que nace del pecho
y no del ego.
como una rima que abraza,
tranquilo
que nace del pecho
y no del ego.
Porque a veces el cariño
no necesita escenarios,
solo un gesto,
una señal mínima
que diga:
“no estás solo”,
“yo te entiendo”,
“acá estoy”.
no necesita escenarios,
solo un gesto,
una señal mínima
que diga:
“no estás solo”,
“yo te entiendo”,
“acá estoy”.
Y quizá,
mientras el mundo corre,
este pequeño signo
sea la forma más sincera
de decirlo todo
sin pronunciar una sola palabra.
mientras el mundo corre,
este pequeño signo
sea la forma más sincera
de decirlo todo
sin pronunciar una sola palabra.
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