lunes, 17 de noviembre de 2025

Argentinas, qué bendito quilombo.


Argentinas, qué bendito quilombo.

Hay países que se cuentan,
y otros que se viven.
Este, el nuestro,
no entra en un mapa:
late.

Yo lo conocí de chico,
entre ferias, asados
y discusiones de sobremesa
que terminaban en carcajadas.
Aprendí que acá
la bronca y el amor
son hermanos del alma,
y que las palabras fuertes
a veces son caricias torpes.
Sincero, desordenado,
como la Argentina misma.

Porque cuando decimos
esas siglas filosas,
no estamos puteando al país,
estamos abrazándolo
como quien aprieta fuerte
a alguien que extrañó demasiado.

Yo vi gente irse,
vi gente volver,
y todos tenían la misma frase
rebotando en la mirada:
“qué loco este lugar…
pero cómo lo quiero”.

Argentinas, LPMQTP,
grito ritual
que nos une incluso
cuando nada nos une.
Bandera que flamea
aunque no haya viento.
Orgullo que duele
y cura al mismo tiempo.

Así somos,
así te somos:
un caos hermoso
que jamás dejará
de latir.


 

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