La inquietud de tus ojos.

Hay una llama en tu mirada que no descansa,
una pregunta eterna que todo alcanza.
No mira por ver, mira por sentir,
rompe el silencio, invita a vivir.

Cuando te vi, entendí la lección:
la curiosidad también es corazón.
No busca tener, busca entender,
el porqué de un gesto, el cómo del ser.

Crecí creyendo que saber era tener razón,
pero tu mirada rompió esa prisión.
Mostró que el misterio no da miedo,
si uno se entrega sin perder el credo.

Esa noche hablamos poco, pero bastó,
tu forma de mirar me desarmó.
Y desde entonces, sin mapa ni guía,
aprendí que mirar también es poesía.

Hoy miro distinto, con vos en el reflejo,
sin miedo a dudar, ni a ser complejo.
Porque en la inquietud de tus ojos sinceros,
encontré mi calma… y mis senderos.

XUS