sábado, 11 de octubre de 2025

Fuego compartido.


Fuego compartido.

No es solo deseo,
es reconocernos sin palabras,
dos cuerpos que se buscan
como si el mundo se apagara.

La piel habla,
el tiempo se detiene,
y el alma —sin permiso—
se desnuda y se enciende.

No hay prisa,
solo el pulso del destino,
dos respiraciones que se funden
como un mismo camino.

No quiero poseerte,
quiero habitarte,
quedarme en el eco
de lo que fuimos al tocarnos.

Porque hay amores que se gritan,
y otros que se sienten en silencio,
donde la pasión es promesa,
y el temblor... es eterno.


 

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