Equipaje del alma.

Llevo amor en los bolsillos rotos,
entre cartas viejas y sueños remotos.
Pesa, sí, pero también empuja,
cuando la vida aprieta y no se dibuja.

Es carga, pero también combustible,
una mezcla rara: dulce e indestructible.
Lo doy, lo pierdo, lo vuelvo a encontrar,
como un eco que insiste en regresar.

He amado sin mapa, sin destino fijo,
apostando todo… aunque caiga el castillo.
Porque amar, lo entendí con el tiempo,
no es tener, es dejar que sople el viento.

Y si este peso un día me vence,
que sea por querer… no por no atreverse.
Prefiero andar cansado de sentir,
que vacío… y sin por qué vivir.

XUS