Demasiado ruido humano.
Camino por la vida midiendo silencios,
porque el mundo grita y pocos piensan.
Hay tanto ruido de ego y apariencia,
que cuesta hallar verdad en la conciencia.
porque el mundo grita y pocos piensan.
Hay tanto ruido de ego y apariencia,
que cuesta hallar verdad en la conciencia.
Exceso de boludos, sí,
de esos que opinan sin saber vivir,
que confunden respeto con miedo,
y el brillo con el porvenir.
de esos que opinan sin saber vivir,
que confunden respeto con miedo,
y el brillo con el porvenir.
Los vi en oficinas, en redes, en bares,
vendiendo humo con trajes vulgares.
Pero aprendí —con golpes y risas—
que la calma no se compra en frases.
vendiendo humo con trajes vulgares.
Pero aprendí —con golpes y risas—
que la calma no se compra en frases.
Una vez creí que todos querían sumar,
y terminé restando por querer confiar.
Hasta que entendí que el alma tranquila
vale más que cien que saben hablar.
y terminé restando por querer confiar.
Hasta que entendí que el alma tranquila
vale más que cien que saben hablar.
Ahora sigo, liviano y despierto,
sin miedo a perder, ni prisa en ganar,
porque aunque el mundo esté repleto de necios,
yo elijo —cada día— no ser igual.
sin miedo a perder, ni prisa en ganar,
porque aunque el mundo esté repleto de necios,
yo elijo —cada día— no ser igual.
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