Carta al corazón.
Corazón,
no vine a darte órdenes,
vine a escucharte.
no vine a darte órdenes,
vine a escucharte.
Siempre te hablo tarde,
cuando ya gritaste todo.
Perdóname,
por no estar.
cuando ya gritaste todo.
Perdóname,
por no estar.
Te cargo con decisiones
que no son tuyas,
te obligo a callar
cuando en verdad…
te destruyas.
que no son tuyas,
te obligo a callar
cuando en verdad…
te destruyas.
Y aún así,
seguís,
como tambor en tormenta,
marcando el compás
de lo que el alma intenta.
seguís,
como tambor en tormenta,
marcando el compás
de lo que el alma intenta.
Hoy te escribo
para no mentirte:
el mundo allá afuera
va a seguir partiéndote,
pero vos…
no dejés de insistirte.
para no mentirte:
el mundo allá afuera
va a seguir partiéndote,
pero vos…
no dejés de insistirte.
Porque vos sabés
cuando algo vale,
aunque la mente lo niegue,
aunque el cuerpo falle.
cuando algo vale,
aunque la mente lo niegue,
aunque el cuerpo falle.
Como el suspiro entre versos:
a veces no hay camino…
hasta que vos lo hacés cierto.
a veces no hay camino…
hasta que vos lo hacés cierto.
Así que seguí, corazón,
sin aplausos ni testigos,
porque si vos estás firme…
yo siempre voy contigo.
sin aplausos ni testigos,
porque si vos estás firme…
yo siempre voy contigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias!