Latidos para papucho.
En el centro del mundo,
donde un corazón rojo late sin pedir permiso,
escribo tu nombre, Papucho,
como quien marca en la arena un recuerdo invencible.
donde un corazón rojo late sin pedir permiso,
escribo tu nombre, Papucho,
como quien marca en la arena un recuerdo invencible.
Porque crecí mirándote,
aprendiendo que el amor también es sudor,
también es quedarse cuando nadie ve,
también es armarme de valor
cuando el miedo me quería hablar más fuerte.
aprendiendo que el amor también es sudor,
también es quedarse cuando nadie ve,
también es armarme de valor
cuando el miedo me quería hablar más fuerte.
Y hoy improviso
rimas que me nacen solas,
rimas que no buscan premios,
solo abrir la puerta del pecho
y dejar salir lo que duele y lo que salva.
rimas que no buscan premios,
solo abrir la puerta del pecho
y dejar salir lo que duele y lo que salva.
Vos me enseñaste que amar no siempre es fácil,
que hay días donde el mundo pesa
y otros donde basta una palabra tuya
para que vuelva el sol a ponerse derecho.
que hay días donde el mundo pesa
y otros donde basta una palabra tuya
para que vuelva el sol a ponerse derecho.
Por eso escribo:
porque a veces decir “te amo”
no me alcanza,
y necesito un poema
para que entiendas
que una vida también se mide
en los latidos que vos me dejaste.
porque a veces decir “te amo”
no me alcanza,
y necesito un poema
para que entiendas
que una vida también se mide
en los latidos que vos me dejaste.
Gracias por ser refugio, empuje, abrazo y camino.
Gracias por estar incluso cuando no sabías cómo.
Gracias por estar incluso cuando no sabías cómo.
Es simple,
como la verdad que llevo adentro:
Te amo, Papucho.
como la verdad que llevo adentro:
Te amo, Papucho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias!