Entre tu abrazo y la cancha.
Te quiero,
pero hoy juega Estudiantes,
y en esa frase sincera
hay dos mundos importantes.
pero hoy juega Estudiantes,
y en esa frase sincera
hay dos mundos importantes.
Aprendí, hace ya un tiempo,
que el amor también respira,
que se equilibra en los gestos
y en las pasiones que animan.
que el amor también respira,
que se equilibra en los gestos
y en las pasiones que animan.
Vos sabés
—y yo sé—
que mi corazón es marea:
late fuerte por tu piel,
pero en la cancha… golpea.
que mi corazón es marea:
late fuerte por tu piel,
pero en la cancha… golpea.
De chico, bajo la lluvia,
mi viejo me dio un consejo:
“Amá con todo el alma, hijo,
y alentá desde el pecho.”
mi viejo me dio un consejo:
“Amá con todo el alma, hijo,
y alentá desde el pecho.”
Desde entonces entendí
que el querer no es abandono,
que uno puede estar ahí
aunque esté en otro encono.
que el querer no es abandono,
que uno puede estar ahí
aunque esté en otro encono.
Por eso hoy, sin disfraz,
te digo con voz ardiente:
te quiero más de lo normal…
pero hoy juega el Pincha, nena,
y eso también es quererte.
te digo con voz ardiente:
te quiero más de lo normal…
pero hoy juega el Pincha, nena,
y eso también es quererte.
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