Confieso que soy tormenta.
Soy mala influencia, dicen,
como si fuera un pecado
tener un poco de fuego
en los pasos que camino.
como si fuera un pecado
tener un poco de fuego
en los pasos que camino.
Y sí, lo admito:
alguna vez arrastré a un amigo
a esas noches que empiezan grises
y terminan brillando,
con risas que nadie recuerda
pero todos llevan marcadas.
alguna vez arrastré a un amigo
a esas noches que empiezan grises
y terminan brillando,
con risas que nadie recuerda
pero todos llevan marcadas.
De chico aprendí
que no siempre encajar
es la mejor opción,
que a veces la vida te pide
salirte del molde
para entender quién sos.
que no siempre encajar
es la mejor opción,
que a veces la vida te pide
salirte del molde
para entender quién sos.
Te lo cuento sin culpa:
ser “mala influencia”
solo significa
que te animaste a vivir
donde otros solo miraban.
ser “mala influencia”
solo significa
que te animaste a vivir
donde otros solo miraban.
Y si mi locura contagia,
si mi impulso te empuja,
entonces quizá
no sea tan mala,
solo un poco intensa,
un poco humana,
un poco yo.
si mi impulso te empuja,
entonces quizá
no sea tan mala,
solo un poco intensa,
un poco humana,
un poco yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias!