Amar para seguir andando.
Vivamos con amor,
lo aprendí una tarde gris,
cuando la vida me tiró al piso
y descubrí que el afecto
es la única mano
que siempre te levanta.
lo aprendí una tarde gris,
cuando la vida me tiró al piso
y descubrí que el afecto
es la única mano
que siempre te levanta.
Lo cuento libre,
con ritmo callejero,
porque el corazón no entiende
de reglas perfectas,
pero sí de golpes
y de segundas oportunidades.
con ritmo callejero,
porque el corazón no entiende
de reglas perfectas,
pero sí de golpes
y de segundas oportunidades.
Amar es simple,
como respirar profundo
cuando la tormenta aprieta,
como elegir sonreír
aunque duela un poco,
como recordar que alguien,
en algún lugar,
te piensa con cariño.
como respirar profundo
cuando la tormenta aprieta,
como elegir sonreír
aunque duela un poco,
como recordar que alguien,
en algún lugar,
te piensa con cariño.
Vivamos con amor,
no es discurso,
es experiencia:
un día pensé que estaba solo,
y alguien me dijo “acá estoy”.
Ese instante
no es discurso,
es experiencia:
un día pensé que estaba solo,
y alguien me dijo “acá estoy”.
Ese instante
—mínimo, real—
fue suficiente para cambiar mi rumbo.
fue suficiente para cambiar mi rumbo.
Así que hoy lo dejo escrito,
fácil, directo, humano:
vivamos con amor
porque es lo único
que hace que la vida
valga la vuelta.
fácil, directo, humano:
vivamos con amor
porque es lo único
que hace que la vida
valga la vuelta.
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