La excusa más tonta del mundo.
Inventa la excusa más tonta del mundo,
la que no tenga lógica, ni fondo, ni rumbo.
Dime que soñaste con mi sombra en el muro,
que viste mi nombre flotando en lo oscuro.
la que no tenga lógica, ni fondo, ni rumbo.
Dime que soñaste con mi sombra en el muro,
que viste mi nombre flotando en lo oscuro.
Llámame sin razón, sin hora, sin prisa,
como quien tropieza con su propia sonrisa.
Que a veces el alma no pide permiso,
solo busca un eco, un viejo aviso.
como quien tropieza con su propia sonrisa.
Que a veces el alma no pide permiso,
solo busca un eco, un viejo aviso.
No hace falta un drama, ni versos de guerra,
solo el temblor de una voz que se aferra.
Porque hay llamadas que salvan del frío,
aunque el silencio nos haya hecho su nido.
solo el temblor de una voz que se aferra.
Porque hay llamadas que salvan del frío,
aunque el silencio nos haya hecho su nido.
Yo también inventé mis pretextos torpes,
mis “cómo estás” disfrazados de norte.
Porque a veces fingir que no duele,
es la forma más pura de decir: me recuerdes.
mis “cómo estás” disfrazados de norte.
Porque a veces fingir que no duele,
es la forma más pura de decir: me recuerdes.
Así que invéntala, aunque sea absurda,
una frase perdida, una duda absurda.
Pero llámame…
porque en este mundo tan lleno de ruido,
tu voz sigue siendo mi ruido preferido.
una frase perdida, una duda absurda.
Pero llámame…
porque en este mundo tan lleno de ruido,
tu voz sigue siendo mi ruido preferido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias!