miércoles, 22 de octubre de 2025

Fuego en la piel.


Fuego en la piel.

Caliente…
como el pulso que no miente,
como el roce que en un segundo
enciende el alma y detiene el mundo.

No es solo cuerpo, es presencia,
es deseo con conciencia,
es mirarte y entender
que el placer también puede doler.

Aprendí entre sábanas sinceras
que el amor no tiene fronteras,
que hay besos que no se olvidan
y noches que no terminan.

El sudor fue tinta en mi memoria,
escribiendo otra historia:
la del instinto que despierta,
cuando la piel se vuelve puerta.

Caliente…
sí, pero no por fuego cualquiera,
sino por esa hoguera interna
que solo arde cuando el alma espera.


 

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