Dolor compartido.

Todos sufrimos con ese dolor,
como un eco grabado en el interior.
La vida golpea, no pide permiso,
te arranca pedazos, te cambia el piso.

Lo vi en mi viejo cuando perdió un amigo,
lo vi en mi madre al quedarse sin abrigo.
Lo sentí en mi carne, en la noche más fría,
cuando todo pesaba y nadie entendía.

Pero aprendí que el dolor no se esconde,
se vuelve maestro, se vuelve un nombre.
Nos une en la lucha, nos quiebra la voz,
nos hace más humanos, más cerca del ser.

Todos sufrimos con ese pesar,
pero juntos, hermano, se puede cargar.
La herida nos marca, la vida nos late,
dolor compartido, fuerza que arde.

XUS