sábado, 18 de octubre de 2025

Cuando estás, todo encaja.


Cuando estás, todo encaja.

Antes de vos, la vida era ruido,
una melodía sin ritmo, un reloj sin motivo.
Caminaba entre sombras buscando sentido,
jugando a ser fuerte, pero siempre perdido.

Y llegaste vos —sin aviso, sin guion—
con tu risa que cura y tu caos que ordenó.
Desde entonces, lo simple pesa distinto:
el café sabe a cielo, y el miedo, a mito.

No fue un milagro, fue presencia,
una chispa humana en medio de la ausencia.
Me enseñaste que amar no es prometer,
es quedarse incluso cuando duele entender.

Contigo aprendí que el mundo no está roto,
que el tiempo no es enemigo, sino un modo.
Porque si el destino es un libro,
vos sos la página donde todo tiene sentido.

Y aunque el reloj siga girando despacio,
yo sé —sin duda, sin ruido, sin juicio—
que contigo la vida
por fin encontró su sitio.


 

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