No eres tan grande en mi historia.

No te creas tan importante,
zorra disfrazada de amante.
Me dejaste cicatrices, sí,
pero aprendí a rimar con cada herida aquí.

Te vi bailar entre promesas rotas,
jurabas amor con palabras torpes y notas.
Yo, ingenuo, aposté mi vida entera,
pero aprendí que la verdad siempre espera.

Me enseñaste que el ego pesa más que el alma,
que hay besos que envenenan y caricias que desarman.
Que no todo lo brillante es oro,
y que el silencio cura más que el decoro.

Hoy te nombro sin rabia, solo en memoria,
una página más dentro de mi historia.
No eres tan grande, no eres tan fuerte,
fui yo quien cruzó el dolor y venció la suerte.

Así camina el hombre que sufre y aprende,
el corazón late, la cicatriz entiende.
No te creas tan importante, eso quedó atrás,
mi vida sigue en versos que no leerás jamás.

XUS