Raíz del equilibrio.
Fui montaña,
fui grieta,
fui viento que no se sujeta.
Hasta que un día paré…
y entendí:
la raíz no grita,
la raíz espera.
fui grieta,
fui viento que no se sujeta.
Hasta que un día paré…
y entendí:
la raíz no grita,
la raíz espera.
Me cansé de correr
tras lo que nunca llena,
de fingir sonrisas
cuando el alma truena.
tras lo que nunca llena,
de fingir sonrisas
cuando el alma truena.
El equilibrio no es flotar,
es hundirse con gracia,
saber que el barro enseña
más que mil palabras.
es hundirse con gracia,
saber que el barro enseña
más que mil palabras.
No es poner cara zen
ni vivir de mantra,
es mirarte en el caos
y decirte: “aguantá, que pasa”.
ni vivir de mantra,
es mirarte en el caos
y decirte: “aguantá, que pasa”.
Aprendí que el centro no es alto,
es profundo.
Está en ese rincón del pecho
que no miente nunca al mundo.
es profundo.
Está en ese rincón del pecho
que no miente nunca al mundo.
Y si temblás,
si dudás,
si sentís que no llegás,
recordá:
el árbol más firme
fue el que más supo temblar.
si dudás,
si sentís que no llegás,
recordá:
el árbol más firme
fue el que más supo temblar.
Equilibrio no es tener,
es saber qué soltar.
No es equilibrio si pesa,
no es raíz si no te deja brotar.
es saber qué soltar.
No es equilibrio si pesa,
no es raíz si no te deja brotar.
Así que bajé la voz,
solté el disfraz,
y planté mi calma
donde nadie más.
solté el disfraz,
y planté mi calma
donde nadie más.
Hoy no necesito que me aplaudan,
ni que todo encaje.
Porque encontré en mí
la raíz del viaje.
ni que todo encaje.
Porque encontré en mí
la raíz del viaje.
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