Silencio interior.

A veces el ruido no viene de afuera,
viene del alma que busca manera,
de calmar tormentas sin bandera,
de hallar la paz donde nadie espera.

Aprendí que el silencio no siempre es vacío,
que a veces grita lo que nunca confío,
que en su calma se esconde el desafío
de escuchar mi voz, sin hacer desvío.

Camino despacio, sin tanto pensar,
dejando que el pecho me sepa guiar,
porque no hay reloj que pueda marcar
el ritmo del alma cuando quiere sanar.

Tuve que caer para comprender,
que el silencio también puede responder,
que no todo se dice, hay que aprender
a oír lo que el alma quiere tejer.

Silencio interior… refugio y espejo,
me enseña a mirar sin miedo al reflejo,
porque en mi calma, aunque todo sea complejo,
soy quien fui, y quien aún construyo de lejos.

XUS