El deseo.

Hot; después existo,
como si el deseo fuera primero que la razón,
como si el fuego del cuerpo
encendiera también al alma.

Hot; después existo,
porque aprendí en la piel de alguien
que la pasión no es pecado,
es la forma más humana de rezar.

Yo lo viví una noche,
sin relojes ni promesas,
donde dos miradas se dijeron todo
antes que cualquier palabra.

El sudor fue lenguaje,
los latidos eran métrica,
y cada beso improvisado
parecía un freestyle escrito por el destino.

Hot; después existo,
porque el calor no mata, despierta,
porque incluso en la herida que deja
hay verdad, hay memoria, hay vida.

No hablo solo del cuerpo,
hablo del alma que se desnuda,
hablo del instante en que entendés
que sentir vale más que fingir.

Y aunque mañana duela,
aunque el recuerdo queme,
prefiero existir en exceso
antes que vivir en vacío.

Hot; después existo,
porque el placer también es una forma de ser eterno.

XUS