Libertad con olor a quemado.
Un día entendí que el bienestar no era yoga,
ni una foto en la playa, ni la dieta de moda.
Era prender fuego a lo que ya no vibra,
mandar todo al diablo... y volver con otra risa.
ni una foto en la playa, ni la dieta de moda.
Era prender fuego a lo que ya no vibra,
mandar todo al diablo... y volver con otra risa.
Me saqué la mochila de falsas promesas,
y la culpa ajena que en el pecho pesa.
No más reuniones que me chupan la esencia,
ni gente que solo me habla de apariencias.
y la culpa ajena que en el pecho pesa.
No más reuniones que me chupan la esencia,
ni gente que solo me habla de apariencias.
Mandé a la mierda el "cómo se debe vivir",
y empecé a caminar, sin miedo a sentir.
No sé si llego lejos, pero voy despierto,
que el alma tranquila vale más que un sueldo.
y empecé a caminar, sin miedo a sentir.
No sé si llego lejos, pero voy despierto,
que el alma tranquila vale más que un sueldo.
Porque vivir no es obedecer sin sentido,
es honrar cada error que me ha dolido.
Es gritarle al cielo con el corazón pelado:
"¡Estoy vivo, carajo, y me he liberado!".
es honrar cada error que me ha dolido.
Es gritarle al cielo con el corazón pelado:
"¡Estoy vivo, carajo, y me he liberado!".
Así que si me ves con la sonrisa alzada,
es porque solté todo... sin pedir nada.
Bienestar, mi amor, no es estar siempre cuerdo…
es prenderle fuego a lo impuesto, y bailar sobre el recuerdo.
es porque solté todo... sin pedir nada.
Bienestar, mi amor, no es estar siempre cuerdo…
es prenderle fuego a lo impuesto, y bailar sobre el recuerdo.
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