Paz Interior (a la mierda con lo demás).
El mundo me gritaba que corriera más deprisa,
pero aprendí que a veces el alma se desliza.
Y fue en medio del caos, del ruido y del drama,
que descubrí que el bienestar… empieza con calma.
pero aprendí que a veces el alma se desliza.
Y fue en medio del caos, del ruido y del drama,
que descubrí que el bienestar… empieza con calma.
Mandé a todos a la mierda, sin pena ni culpa,
ni odio ni rabia, solo mi alma adulta.
Solté lo que no era mío, lo que dolía,
y en ese gesto simple… empezó mi poesía.
ni odio ni rabia, solo mi alma adulta.
Solté lo que no era mío, lo que dolía,
y en ese gesto simple… empezó mi poesía.
Me cansé del jefe, del ritmo, del “tenés que”,
de la gente que exige pero no ve.
Mandé a la ansiedad a freír churros,
y al “deber ser” le hice un par de burros.
de la gente que exige pero no ve.
Mandé a la ansiedad a freír churros,
y al “deber ser” le hice un par de burros.
No es egoísmo, es respeto profundo,
por lo que soy, no por lo que espera el mundo.
Porque si no me cuido, ¿quién lo va a hacer?,
ser libre no es huir… es aprender a volver.
por lo que soy, no por lo que espera el mundo.
Porque si no me cuido, ¿quién lo va a hacer?,
ser libre no es huir… es aprender a volver.
Así que sí, con alma y convicción decidida,
mandé todo a la mierda… y volví a la vida.
Porque el bienestar no es fingir que estás bien,
es decir "basta", con amor, y sin desdén.
mandé todo a la mierda… y volví a la vida.
Porque el bienestar no es fingir que estás bien,
es decir "basta", con amor, y sin desdén.
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