Respirar despacio.
Respirar despacio…
cuando todo va de prisa.
Cuando el mundo te empuja,
y el alma se desliza.
cuando todo va de prisa.
Cuando el mundo te empuja,
y el alma se desliza.
Respirar sin culpa, sin meta ni horario,
como quien entiende
que lo simple… es necesario.
Cerrar los ojos, soltar el ruido,
y volver al centro…
donde habita lo perdido.
como quien entiende
que lo simple… es necesario.
Cerrar los ojos, soltar el ruido,
y volver al centro…
donde habita lo perdido.
Porque no todo se trata de llegar primero,
a veces el tesoro está
en el sendero.
En ver cómo cae la luz en la vereda,
en escuchar tu latido
aunque el resto no lo aprueba.
a veces el tesoro está
en el sendero.
En ver cómo cae la luz en la vereda,
en escuchar tu latido
aunque el resto no lo aprueba.
Respirar despacio…
es rebelarse con ternura,
es mirarte por dentro,
sin filtro y sin armadura.
es rebelarse con ternura,
es mirarte por dentro,
sin filtro y sin armadura.
Es abrazar el dolor sin taparlo,
dejar que te atraviese
en lugar de esquivarlo.
Porque el que corre todo el día
se pierde el milagro,
y el que respira lento…
descubre el milagro.
dejar que te atraviese
en lugar de esquivarlo.
Porque el que corre todo el día
se pierde el milagro,
y el que respira lento…
descubre el milagro.
A veces vivir no es avanzar,
es quedarse quieto
y dejarse amar.
Es decirle al miedo: “ya entendí”,
y al alma: “te veo,
ya podés salir de ahí”.
es quedarse quieto
y dejarse amar.
Es decirle al miedo: “ya entendí”,
y al alma: “te veo,
ya podés salir de ahí”.
Respirar despacio no es perder el tiempo…
es empezar a ganarlo.
es empezar a ganarlo.
Porque solo cuando bajás el ruido…
podés escuchar lo que en verdad importa.
podés escuchar lo que en verdad importa.
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