No me resistí a tu mirada!.
¡No me resistí a tu mirada!,
era fuego envuelto en nada.
Un guiño travieso,
una flecha bien lanzada.
Y yo, como buen pecador…
me entregué sin espada.
era fuego envuelto en nada.
Un guiño travieso,
una flecha bien lanzada.
Y yo, como buen pecador…
me entregué sin espada.
Me miraste de reojo,
y ya tembló la calma.
¿Culpable?.
y ya tembló la calma.
¿Culpable?.
Sí, lo admito…
pero con ganas.
pero con ganas.
No hablaste, no tocaste,
pero mi mente ya ardía,
y el corazón…
bailaba bachata en la costilla.
pero mi mente ya ardía,
y el corazón…
bailaba bachata en la costilla.
Fue carnal, fue directo, fue sincero,
como esas ganas que nacen
cuando no hay pero.
Ni tiempo, ni excusa, ni distancia,
solo piel gritándose
sin elegancia.
como esas ganas que nacen
cuando no hay pero.
Ni tiempo, ni excusa, ni distancia,
solo piel gritándose
sin elegancia.
Tu mirada me desvistió sin apuro,
y yo pensé:
"si esto es el principio…
me anoto hasta el futuro".
y yo pensé:
"si esto es el principio…
me anoto hasta el futuro".
No me resistí, ni lo pensé,
porque hay pasiones que no se niegan,
se viven… y después qué.
porque hay pasiones que no se niegan,
se viven… y después qué.
Y sí, quizás no era el momento,
ni el lugar correcto,
pero el deseo no tiene reglas
cuando el juego es perfecto.
ni el lugar correcto,
pero el deseo no tiene reglas
cuando el juego es perfecto.
Hay miradas que no preguntan…
te toman por asalto.
te toman por asalto.
Y si el amor empieza con picardía,
muchas veces…
termina siendo lo más honesto que te pasó.
muchas veces…
termina siendo lo más honesto que te pasó.
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