Ojitos curiosos.
Ojitos curiosos, mirando el andar,
la vida se abre y me invita a soñar.
Vi en la infancia un espejo sincero,
un mundo pequeño que se vuelve entero.
la vida se abre y me invita a soñar.
Vi en la infancia un espejo sincero,
un mundo pequeño que se vuelve entero.
Me acerqué a esos ojos, brillaban sin miedo,
como si supieran secretos del cielo.
Recordé mi niñez, la calle, la esquina,
donde todo era nuevo y la risa divina.
como si supieran secretos del cielo.
Recordé mi niñez, la calle, la esquina,
donde todo era nuevo y la risa divina.
El tiempo golpea, lo aprendí de frente,
las dudas se clavan, el dolor se siente.
Pero esos ojitos me dicen callado:
“aunque caigas mil veces, seguís levantado”.
las dudas se clavan, el dolor se siente.
Pero esos ojitos me dicen callado:
“aunque caigas mil veces, seguís levantado”.
Son preguntas vivientes, semillas de fe,
un mañana distinto que aún no se ve.
Y al mirarlos de cerca comprendo el motivo:
la vida renace si sigo vivo.
un mañana distinto que aún no se ve.
Y al mirarlos de cerca comprendo el motivo:
la vida renace si sigo vivo.
Ojitos curiosos, luciérnagas claras,
me enseñan que el alma nunca se apaga.
Y aunque el mundo insista en pesar su cruz,
ellos me iluminan, me guían a la luz.
me enseñan que el alma nunca se apaga.
Y aunque el mundo insista en pesar su cruz,
ellos me iluminan, me guían a la luz.
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