Cuentos viejos.
Fuck cupido,
no me vendas cuentos viejos,
que tus flechas ya no llegan,
solo dejan cicatrices en el pecho.
no me vendas cuentos viejos,
que tus flechas ya no llegan,
solo dejan cicatrices en el pecho.
Aprendí en la calle,
entre promesas rotas y despedidas frías,
que el amor no se dispara,
se construye día tras día.
entre promesas rotas y despedidas frías,
que el amor no se dispara,
se construye día tras día.
Vi a mi madre llorar en silencio,
a mi padre huir de su propia sombra,
y comprendí que querer de verdad
no es juego de dioses ni flechas doradas.
a mi padre huir de su propia sombra,
y comprendí que querer de verdad
no es juego de dioses ni flechas doradas.
Fuck cupido,
porque amé y me caí,
me levanté con la piel rota,
pero la voz más fuerte que antes.
porque amé y me caí,
me levanté con la piel rota,
pero la voz más fuerte que antes.
El amor no vive en tus alas,
vive en la locura de confiar,
en el salto al vacío sin garantías,
en decir “aquí estoy” aunque duela.
vive en la locura de confiar,
en el salto al vacío sin garantías,
en decir “aquí estoy” aunque duela.
Que no me engañen tus mitos,
la vida ya me enseñó el ritmo:
que amar es perder y ganar al mismo tiempo,
y que no hay destino, solo elección.
la vida ya me enseñó el ritmo:
que amar es perder y ganar al mismo tiempo,
y que no hay destino, solo elección.
Así que guarda tu arco,
yo sigo mi camino,
sin flechas prestadas,
con mi propia verdad,
y el corazón desnudo,
gritando sin miedo:
yo sigo mi camino,
sin flechas prestadas,
con mi propia verdad,
y el corazón desnudo,
gritando sin miedo:
"Fuck cupido,
yo decido a quién amar".
yo decido a quién amar".
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